Las personas con procesos crónicos pueden tener necesidades incrementadas de micronutrientes por varios factores que pueden darse al mismo tiempo:

Edad: a mayor edad, fisiológicamente la absorción y biodisponibilidad de micronutrientes disminuye porque tanto el estómago y el intestino ya no trabajan al máximo rendimiento.

Autonomía: la existencia o no de dependencia para realizar las actividades diarias, puede influir en el estado nutricional y de hidratación, disminuyendo la ingesta de alimentos.

Salud bucal: la falta de piezas bucales empeora la digestión y la persona incrementa su afinidad hacia alimentos blandos (leche, yogur, bollos, magdalenas…) y líquidos en vez de sólidos (verduras, carne, fruta..).

Situación socioeconómica: la disponibilidad económica puede producir un acceso restringido a determinados alimentos, haciendo dietas pobres en micronutrientes y monótonas.

Polimedicación: se entiende como paciente polimedicado aquella persona que, con una o varias enfermedades, consume diariamente de forma continuada, por un mínimo de tres meses, 5 o más medicamentos por cualquier vía (oral, inhalatoria, parenteral, etc), bien sean prescritos por profesional o adquiridos de venta libre en farmacias. La existencia de polimedicación incrementa el riesgo de interacciones entre fármacos y nutrientes, afectando a los dos por igual.

Existencia de forma conjunta de otros procesos crónicos o alteraciones de la salud Puede exacerbar las alteraciones nutricionales y deficiencias micronutricionales. 

Por todo ello, las personas polimedicadas y con patología crónica deberían cuidar mucho más su dieta y estilo de vida.

Calvo Hernández M. Nutrición en el paciente polimedicado. Nutr Hosp Suplementos. 2012;5(1):64-76

Smoliner C, Norman K, Scheufele R, Hartig W, Pirlich M, Lochs H. Effects of food fortification on nutritional and functional status in frail elderly nursing home residents at risk of malnutrition. Nutrition. 2008 Dec;24(11-12):1139–44.