La nutrición en la infancia tiene como objetivo conseguir un crecimiento y desarrollo adecuados, evitar desequilibrios nutricionales y prevenir enfermedades que se manifiestan en el adulto. Por ello, una alimentación equilibrada, variada y rica en micronutrientes cobra un papel protagonista en esta época.

Conseguirlo no siempre es tarea fácil: los padres trabajan y no tienen tiempo para preparar a los niños menús diarios equilibrados, las preferencias por los alimentos con azúcares, las prisas y el abuso del microondas y alimentos precocinados etc., son factores que influyen en la alimentación y, por tanto, en la salud de los hijos.

Hoy en día es frecuente observar en los niños una baja adherencia a la Dieta Mediterránea: muchas veces no están comiendo suficientes frutas y verduras, hay excesos de grasas (especialmente saturadas), demasiadas proteínas de origen cárnico, pocas legumbres y frutos secos y de alimentos con omega 3.

Una nutrición inadecuada en la infancia puede condicionar la salud a largo plazo y el riesgo de padecer determinadas enfermedades como la obesidad, el asma o la hipertensión. Además, los primeros años de vida (los 1.000 primeros días) son cruciales en el establecimiento de la microbiota intestinal, hecho que está fuertemente influenciado por la dieta. El equilibrio y buen estado del intestino es crítico para la extracción eficiente de energía y nutrientes de los alimentos, además de conferir protección frente a los microorganismos patógenos (aquellos que causan alteraciones en la salud). También recientes estudios apuntan que la disfunción de la barrera intestinal, influenciada por la microbiota intestinal y los micronutrientes que lo envuelven, es un factor clave en el desarrollo de intolerancias alimentarias y alteraciones en el sistema inmune.

Tanto en la alimentación del adulto como la del niño hay que tener en cuenta que no sólo la ingesta energética total y la ingesta de macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas) son importantes para un correcto desarrollo. Durante las últimas décadas ha habido numerosos estudios acerca del importante papel que juegan los micronutrientes en la salud. Un estudio comparativo de diferentes trabajos llevados a cabo en distintos países europeos muestra que los niños y adolescentes son la población con mayor riesgo de tener deficiencias nutricionales, especialmente para el hierro, las vitaminas C, E, B6 y ácido fólico. Es importante que, además de vitaminas y minerales, en la alimentación del niño se deben aportar ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 en equilibrio y de calidad, así como los aminoácidos esenciales y condicionalmente esenciales.

Caminero A, Meisel M, Jabri B, Verdu EF. Mechanisms by which gutmicroorganisms influence food sensitivities. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2019 Jan;16(1):7-18. doi: 10.1038/s41575-018-0064-z. Review. PubMed PMID: 30214038.

Artemis P. Simopoulos OCL 2010 ; 17(5) : 267–275. The omega-6/omega-3 fatty acid ratio: health implications https://doi.org/10.1051/ocl.2010.0325

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